Ir al contenido principal

Lo mejor de no tener novia a... mi edad...


Has cumplido los veintitantos. Te has sorprendido a ti mismo alegrándote de que en el concierto nostálgico al que vas haya asientos. Tu Facebook lleva un tiempo colonizado por fotos de bebés. Miras como lo baila todo el inspirador borrachín de 30 del bar mientras piensas que todavía hay esperanza para ti. De repente te gusta comer, te gusta tanto que se convierte en tu principal fuente de excitación. Ah, y por supuesto las resacas ya hace tiempo que duran dos días y empiezan a pisar dolorosamente la frontera de los tres. Es ese momento áspero en que te preguntas por primera vez que hacían tus padres a tu edad. Y sí, tenían un trabajo fijo, una casa y hasta varios churumbeles, tú incluído. A cambio, tienes las cosas más claras, no te importa demasiado lo que piensen los demás y, con un poco de suerte, has llegado a esa edad cuasi redonda sin novia. Y ahora te explico por qué es una suerte.

1. Duermes por dos. Damos por sentado que si lo has hecho bien has llegado a los veintitantos con un colchón que tiende a los dos metros de eslora. Sin novia, tu lado de la cama es todos los lados. La opción “en diagonal”, una vez que la pruebas, sólo se abandona por el Amor Verdadero. Y de paso, ella también va a necesitar amor verdadero y paciencia verdadera para destronar en tu cama a la postura expansionista “Spiderman” que acompaña al dormir en diagonal.

2. Eres el amigo de guardia. Eres ese tipo al que se puede llamar cualquier día a cualquier hora para salir. Estás disponible en cinco minutos y sin consultarlo con nadie (si es que ya no vives con tus padres). Siempre hay una amiga con problemas conyugales (se turnan) que te quiere por ello y te invita a un par de rondas.

3. Te titulas en moda al tacto. Olvídate de largas charlas sobre cómo combinar los colores y cuándo es el momento de tirar tu camiseta favorita. La lección para el soltero veintiañero es empírica, es variada y es precisamente de la moda que te gusta, la interior. Te la van a ir dando las chicas que te rodean. Si aprendes a distinguir del rojo al rosa, ya te ha valido la pena llegar a los veintitantos con el afán explorador intacto.

4. Vestirte es un viaje en ascensor. Prepararse para salir es un acto simple en dos pasos: a) recoger los pantalones del suelo y b) terminar de abrocharse la camisa en el ascensor. Ni siquiera necesitas espejo.

5. Ahorras Plata. Da igual que con tu última novia pagarais a medias. Hay gastos que te ahorras, como los regalos de aniversarios variados y fiestas inventadas (imagínate que tuvieras que celebrar San Valentín la próxima semana). También las cenas en japoneses y los vinos gran reserva con etiqueta dorada para cuando comíais en casa de sus padres. Esa plata la podes invertir ahora en gimnasios, botica y, ejem, pagar el alquiler tú solo, etc...

6. De tu whatsapp sólo salen fotos graciosas. Nada de preocuparte por la hora de conexión o la cantidad apropiada de corazones y besitos. Ahora abrir el WhatsApp es una experiencia viril llena de julioiglesias, paquirrines y conversaciones cortas del tipo “A las 9”, “¿Dónde?”, “Pues dónde va a ser”, "Vale".

7. No necesitas recargar el móvil tres veces al día. Las charlas son de 30 segundos y se concentran en la hora punta de antes de salir.

8. Te mejora la vista. Puedes mirar a todas las chicas del bar hasta los límites que te marque el decoro. Eso amplía tu visión nocturna, la panorámica, el zoom, la de lejos y, con un poco de suerte, la de cerca.

9. Puedes tener la mente en blanco tanto como quieras. O dejarla vagar todo lo sin rumbo que desees por territorios tan cafres y superficiales como seas capaz. Nadie te va a preguntar “en qué piensas”.

10. Puedes mudarte por cualquier chorrada (siempre que tengas la plata). A un país del que has visto una foto, al barrio que está alrededor de tu bar favorito, a la ciudad de tu equipo de fútbol, a la playa donde desarrollarás tu vocación de surfero profesional.

11. Estás cómodo con tu culpa. Vale que a la mañana siguiente viene ese momento aaaarg en el que los recuerdos de lo que hiciste anoche caen como martillazos de Thor en tu resacosa cabeza. Pero al menos lo manejas tú solo, sin un eco que te lo recuerde con todos los bochornosos detalles.

12. No te vas a olvidar de ninguna fecha importante. Si la olvidas da igual, no hay nadie para recordarte que la has olvidado.

13. Sin presiones. Puedes sentarte en la puerta de tu casa a ver pasar los banquetes nupciales y los cochecitos de los hijos de tus amigos.

15. Puedes prepararte para cuando llegue la chica adecuada. Es el crimen perfecto, la excusa irrebatible para alargar el piterpanismo unos añitos más de lo razonable.

18. Puedes reenviar este artículo a todo el mundo. A cualquiera de los grupos de whatsapp o del forito ese donde habitas de vez en cuando y que hablen sobre chicas o en los que salgan chicas. Vas a tener un montón de “me gustas” en lugar de una “conversación”.

Esta Noche no hay Banda Sonora

Comentarios

Popular Posts

Razones por las que No soy el Novio Ideal

La semana pasada (nu se cuando pero si sé que fue la semana pasada) mientras me teletransportaba fisicamente en uno de los autobuses de la ciudad (si esos que te obligan a pagar con la TUC-aster Card), se subió una amiga a la que tenia chorroscientos de años de no ver y mientras nos acomodabamos entre el montón de gente del bus me mostró una de esas super encuestas que le hacen a  tipos random y agraciados y nunca a Mi gente común y corriente sobre como pensaban que era un Novio/a ideal; y pues de broma en broma la llene y me quede con una copia de esta. Me sobraron las ganas de hacer cuentas para ver si aplico para el novio de alguna chica. En resumidas cuentas la gente opinaba así: Se comunica contigo:   ¡A un buen novio le encanta hablar con su novia! Siempre tiene algo interesante que contarte a pesar de que no haya sucedido nada nuevo. Pero sobre todas las cosas, te escucha y se esfuerza por entenderte.  Bueno pues esta tengo 4.5 puntos por que aunque no me guste habl

Abroad on nowhere

Normalmente no me importan los cumpleaños. Creo que la última vez que noté que cumplia un año más, fue cuando cumplí 15 años o algo así, y me di cuenta que las cosas son jodidamente caras (no-yay). En mi cabeza sigo siendo un niño inocente de 18 años que está confundido por todo (en serio, ¿qué es todo esto?). Pero en su mayor parte, he estado funcionando en piloto automático durante casi 10 años. Mi cumpleaños esta semana no solo fue una alarmante llamada de atención, sino que fue totalmente surrealista dado que en lugar de celebrar el hito desalentador en un restaurante a un precio razonable con amigos y familiares, o preparar algo delicioso en casa, estaba sentado solo en una habitación bebiendo varias bebidas (probablemente cuestionables o simplemente agua). Mientras mantenia una videollamada con una persona que la verdad no esperaba siquiera recordase que era mi cumpleaños. Recuerdo cuando un año solía sentirse como toda una vida; ahora parecen pasar rápidamente en un abrir y

LA NOCHE QUE EL ´99 LLEGO HASTA ABRIL

Llevo un par de meses con sensaciones raras. O que a mí me parecen raras. Se me escapa el tiempo, los días, las horas y los miles de segundos.  Todo va cuesta abajo y cada vez de forma más vertiginosa. Es como si se me hiciera tarde constantemente. El mundo intenta arrastrarme a esa línea de la vida que coge todo el mundo y que yo he evitado siempre.  Últimamente tiro de recuerdos más de lo habitual y eso que mi vida ha funcionado siempre con la gasolina del pasado: pocos y selectos recuerdos cogidos con pinzas que me han permitido salir adelante en más de una ocasión. La magia de algunas situaciones ha sido tan maravillosa e intensa que he podido vivir de las rentas emocionales sin pensar demasiado en el futuro,  siempre negro y lluvioso como la última escena de Casablanca. No sé si es que no me conformo con lo que tengo. Creo que no es eso. Sí es cierto que lo que me mantiene vivo es ese hambre feroz que siempre he tenido por cosas nuevas: personas, música, libros, lugares,