Ir al contenido principal

Bajo las estrellas del desierto...


Y es que se molestó porque se dio cuenta que no iba aceptar a nadie más como la aceptó a Ella... Y esto dolió mucho más que mil cortes. Fue rudo porque los celos y remordimiento le invadieron y no sabía cómo actuar, pidió odio porque no quería seguir haciendo más daño a la flor que prometió cuidar...

Quiso salir corriendo de ese lugar más no podía, mil toneladas de culpa lo mantuvieron sujeto a esa silla. Todos los gritos contenidos reventaron en una vorágine de sensaciones. Demostró lo único para lo que es realmente bueno, le hizo daño a su amada flor una vez más.

Y al final no hubo nada más que vacío, vacío e ira hacia la nada. Pero a pesar de todo fue feliz... 


Fue feliz, porque ella estaba feliz.

Comentarios

Popular Posts

LEY DE REFORMAR EMOCIONAL...

  Borras las canciones. Los mensajes. Aquellos  emails. Estos dibujos. Intentas eliminar su huella, su sonrisa, las lágrimas, las noches, los días, las siestas de verano. Vuestros recuerdos. Tus miedos. Sus sueños. Vuestro olor. La colección de recuerdos se hace añicos. Te cortas con uno de los pedazos. Lames la sangre y te sabe a Calvin Klein.  El final, el principio, el medio. Su historia, tu leyenda, vuestro desenlace. Ninguna tormenta dura toda la noche, pero no todos los barcos pueden resistirla…

CULT...

Antes de nada, pincha en el enlace para ver el vídeo y así lo tienes de fondo mientras lees el post; ya sabes la política de blablablablabla de “inserción desactivada”. Cuando dices “necesito” no te haces responsable (responsabilidad, etimológicamente hablando, significa “capacidad para responder”). La necesidad parece algo que está fuera de tí mismo. Tu no tienes nada que ver. Te sometes a algo que es imprescindible para ti. “Yo quiero” , en cambio, es una expresión comprometida con tu ser. “Yo quiero” implica tu elección. Las distancias se miden en palabras, aunque en la mayoría de los casos, el silencio no entiende de distancias. Sin palabras no hay comunicación, no hay riesgo de peligro. Con palabras dices todo, aunque pienses que no dices nada, por el contrario si callas, cuentas demasiado. No responder, no opinar, no contestar, a veces es lo adecuado y en otras ocasiones es lo incorrecto. ¿Cómo decidir cuándo está bien o cúando no, guardar dichas dist

Kill Me vol. 1

A mí, en la vida, Tarantino, aunque me gusta, sólo me ha traído problemas y discusiones de pareja. Esta es la primera entrega (y, basándome en mi constancia, seguramente también sea la última) a la que vamos a llamar: Kill Me vol. I Yo andaba en plan “’¿somos o no somos?” con una chavala muy guapa a la que vamos a llamar Uma (pero le vamos a decir nada porque se enoja todavía más) y, una noche, me preparó una cena-romántica-sorpresa- de lujo… Qué a mi poco me gustan las sorpresas, señor dios, pero muy poco. Sospechaba que tramaba algo porque me tiraba indirectas tipo: “¿Qué vas a hacer el miércoles que viene?“, “No hagas planes para el miércoles que viene“, “Los miércoles son días para hacer nada“. “El miércoles que viene, el miércoles que viene…” Pero tengo la misma capacidad de concentración que una cuchara y no me dio tiempo para atar cabos: “¿Qué será lo que va a pasar el miércoles que vi… ¡Oye! ¿y esta canción? Ala, se escucha best… Uh, creo que me está dando hambre, ¿y