Ir al contenido principal

MEMENTO…

 

26092010 

Acabo de encenderme un Marlboro Ice Mint. Siempre que me fumo un cigarro en casa lo enciendo con cerillas. Me parece más romántico. Ahora suena “Cadillac Solitario” de Loquillo en directo, de cuando teloneó a los Who. Qué grandes los dos.

Llevo un rato conectando recuerdos; saltando de uno a otro de forma desorganizada y melancólica. Hablo mientras con alguien por el messenger y ni entiende lo que le cuento ni a mí me importa que no lo entienda. Al menos ya no. Durante unas décimas de segundo la palabra “asco” ha revoloteado por encima de mí. Es el precio que se paga por contar un recuerdo a oídos inadecuados.

Antes de escuchar a Loquillo, escuchaba a Otis Redding con “The dock of the bay” y luego el mismo tema pero en manos de Pearl Jam. Y he recordado a Sarah, con quien tuve una historia tumultuosa y arrolladora. La segunda vez que nos vimos, le regalé un Súper Coco de peluche -con capa y todo- y una cinta de casette en la que por una cara había escrito “Wild Side” y “Sweet side” en la otra. La tercera cita fue en su ciudad y podría resumirla en 3 palabras: baño-corsé-colacao.

Antes de acordarme de Sarah, pensaba en las chicas. Recordaba la primera vez que una me besó y la primera vez que yo besé a otra. Pensaba que cuando he besado -y me han besado- chicas, jamás ha habido un componente romántico; siempre fue cuestión de química y piel, de un momento de subidón de adrenalina y de no importarme nada. De sentir el morbo y el deseo bajo esa  piel, la lengua y los dientes. De disfrutar de esos besos intensos mientras éramos conscientes de que el resto del pelaje nocturno nos estaba mirando. Al fin y al cabo, a todos nos gusta mirar y que nos miren…


Antes de acordarme de las chicas, pensaba en que nadie hablará de mí cuando desaparezca, pero que al menos todo lo que he escrito en mis blogs quedará flotando por ahí a la espera de ser descubierto por algún perdido del mundo pixelado. Si te mueres y no tienes familia ni similares, quién te da de baja en la compañía telefónica o del adsl? quién se queda tu coche? y tus gatos??? y, sobre todo, quién se apropiará de mis libros??? Últimamente no sé qué me pasa, que esas ideas me rondan un par de veces a la semana. No que piense específicamente en ellas, sino que algo o alguien dice o hace algo que me hace recordarlo.

Creo que no me importa pasar por este mundo sin dejar huella. Sé lo que es añorar de forma desesperada y dolorosa a alguien que ya no está.  Y no sé si realmente quiero que alguien sienta eso por mí. No le quiero doler a nadie. Aunque si me paro a pensarlo despacio, quizás nadie llegue a quererme tanto como para sentir eso más allá de un simple recuerdo tipo “ah sí, te acuerdas de Richard ese chico que…”.

Si yo le digo a alguien que le estoy recordando, le estoy diciendo que le estoy volviendo a pasar por mi corazón.

Recordar del latín re, “de nuevo” y cordis, “corazón”. Volver a pasar por el corazón.

Y ahora he recordado la película León El Profesional, por las primeras escenas de Natalie Portman, cuando llega a la casa y viendo el tema decide llamar a la puerta de León. Es decir, he recordado lo que es tomar decisiones drásticas que te cambiarán la vida con tan sólo 7 años.  Y he recordado también el temazo de Sting que cierra la película; ah, y acabo de recordar también  por qué tenía guardado el video en mis favoritos de Youtube…

 

Comentarios

Popular Posts

Razones por las que No soy el Novio Ideal

La semana pasada (nu se cuando pero si sé que fue la semana pasada) mientras me teletransportaba fisicamente en uno de los autobuses de la ciudad (si esos que te obligan a pagar con la TUC-aster Card), se subió una amiga a la que tenia chorroscientos de años de no ver y mientras nos acomodabamos entre el montón de gente del bus me mostró una de esas super encuestas que le hacen a  tipos random y agraciados y nunca a Mi gente común y corriente sobre como pensaban que era un Novio/a ideal; y pues de broma en broma la llene y me quede con una copia de esta. Me sobraron las ganas de hacer cuentas para ver si aplico para el novio de alguna chica. En resumidas cuentas la gente opinaba así: Se comunica contigo:   ¡A un buen novio le encanta hablar con su novia! Siempre tiene algo interesante que contarte a pesar de que no haya sucedido nada nuevo. Pero sobre todas las cosas, te escucha y se esfuerza por entenderte.  Bueno pues esta tengo 4.5 puntos por que aunque no me guste habl

Abroad on nowhere

Normalmente no me importan los cumpleaños. Creo que la última vez que noté que cumplia un año más, fue cuando cumplí 15 años o algo así, y me di cuenta que las cosas son jodidamente caras (no-yay). En mi cabeza sigo siendo un niño inocente de 18 años que está confundido por todo (en serio, ¿qué es todo esto?). Pero en su mayor parte, he estado funcionando en piloto automático durante casi 10 años. Mi cumpleaños esta semana no solo fue una alarmante llamada de atención, sino que fue totalmente surrealista dado que en lugar de celebrar el hito desalentador en un restaurante a un precio razonable con amigos y familiares, o preparar algo delicioso en casa, estaba sentado solo en una habitación bebiendo varias bebidas (probablemente cuestionables o simplemente agua). Mientras mantenia una videollamada con una persona que la verdad no esperaba siquiera recordase que era mi cumpleaños. Recuerdo cuando un año solía sentirse como toda una vida; ahora parecen pasar rápidamente en un abrir y

LA NOCHE QUE EL ´99 LLEGO HASTA ABRIL

Llevo un par de meses con sensaciones raras. O que a mí me parecen raras. Se me escapa el tiempo, los días, las horas y los miles de segundos.  Todo va cuesta abajo y cada vez de forma más vertiginosa. Es como si se me hiciera tarde constantemente. El mundo intenta arrastrarme a esa línea de la vida que coge todo el mundo y que yo he evitado siempre.  Últimamente tiro de recuerdos más de lo habitual y eso que mi vida ha funcionado siempre con la gasolina del pasado: pocos y selectos recuerdos cogidos con pinzas que me han permitido salir adelante en más de una ocasión. La magia de algunas situaciones ha sido tan maravillosa e intensa que he podido vivir de las rentas emocionales sin pensar demasiado en el futuro,  siempre negro y lluvioso como la última escena de Casablanca. No sé si es que no me conformo con lo que tengo. Creo que no es eso. Sí es cierto que lo que me mantiene vivo es ese hambre feroz que siempre he tenido por cosas nuevas: personas, música, libros, lugares,