Está entrada lleva un tanto de tiempo en querer ser publicada por lo que no pidaís mucha coherencia con lo acá escrito... Su mera existencia es banal y solo existe para desempolvar la cloaca que es mi blog. Son pensamientos desgranados sobre cosas o momentos de las últimas semanas, meses o años, algunos sobre el mismo evento, otros algún momento vulgar del día a día. Ha venido una señora amiga de mi madre y de la nada me ha pedido que le ayude con la tarea de su ¿¿Nieto?? un recetario de platillos propios del país. Me he emputado porque yo, ni en mis tiempos de estudiante hacia mis tareas, ¿porqué habria de hacer tarea ajena? Entre ellos me ha pedido el guacamole. Mientras buscaba imágenes, solo reconfirme una cosa y es que odio con todo mi ser los aguacates, en serio me parece asquerosa esa combinación de tonos amarillos y verdes. Y en guacamole multiplicar a la enésima potencia el asco que me provoca. Desde la ventana de la sala de espera pude ver como la persiana de una perfumería e
Normalmente no me importan los cumpleaños. Creo que la última vez que noté que cumplia un año más, fue cuando cumplí 15 años o algo así, y me di cuenta que las cosas son jodidamente caras (no-yay). En mi cabeza sigo siendo un niño inocente de 18 años que está confundido por todo (en serio, ¿qué es todo esto?). Pero en su mayor parte, he estado funcionando en piloto automático durante casi 10 años. Mi cumpleaños esta semana no solo fue una alarmante llamada de atención, sino que fue totalmente surrealista dado que en lugar de celebrar el hito desalentador en un restaurante a un precio razonable con amigos y familiares, o preparar algo delicioso en casa, estaba sentado solo en una habitación bebiendo varias bebidas (probablemente cuestionables o simplemente agua). Mientras mantenia una videollamada con una persona que la verdad no esperaba siquiera recordase que era mi cumpleaños. Recuerdo cuando un año solía sentirse como toda una vida; ahora parecen pasar rápidamente en un abrir y