Decía Paulo Coelho que él no tenía miedo a las dificultades: lo que le asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros. Hasta aquí coincido con él y siempre digo eso de “elegir es rechazar”. El problema viene cuando no quieres elegir un camino que te proporcione nuevas sensaciones; el problema aparece cuando quieres finalizar algo y no sabes cómo. Que sí, que no deja de ser otra elección, no? “O finalizo esto o lo sigo manteniendo”. El quid es que quedarse no aporta ni nada nuevo ni nada más, y finalizar es eso. Punto y aparte. Creo que, en general, pecamos de estirar demasiado la goma. Y eso no es bueno. Pero -también en general- preferimos una lenta agonía a un corto pero duro final. Es lo que yo llamo el “y si”: “y si esto/él/ella/eso cambia”, “y si lo dejo pasar”, “y si no hay nada/nadie mejor”, “y si…”. Es curioso que cuando pensamos en “final” siempre lo enfocamos a algo negativo y dolo...